Brechas en las tejas.

A veces te pillas girando, te paras en seco y el baile tira de ti. Tira de ti hasta el suelo. Se llama momento (en serio, no es coña), la fuerza del baile, la inercia en un giro, pero no sé cómo se llamará querer que te arrastre, la insensatez del momento en el que te encoges de hombros y el giro sigue llevándote a donde ibas. Igual no tiene nombre. Insensatez. Pero la insensatez es lanzarte de cabeza contra todas las piedras que te surgen por la vida, y yo no digo eso. Yo digo el momento en el que paras de girar pero el giro te lleva y a ti te gusta. Pero te detuviste. No querías girar. Pero giras. Y te gusta girar.
Abrirse la cabeza contra tu propio tejado. Porque a veces abrirse la cabeza sienta tan bien.