Canción de invierno.


Tenía un impulso. Tenía un gorrión, una bufanda, una onza de chocolate y un chocolate humeante. Tenía una musa, tenía los pies fríos, tenía una risa, tenía afán y tenía una ciudad que necesitaba desesperadamente que la convirtiera al nuevo credo que tenía. La musa era tan bonita. Tenía una musa, que me daba besos de los que electrizan en la nuca. Tenía un animal de compañía, no recuerdo cuál, recuerdo la forma de chupar las yemas de los dedos. Tenía el aliento en la punta de la lengua, dispuesto a fumar lo que hiciera falta. 
A mi gorrión el frío le ha cortado las alas. La bufanda ha hundido el mástil y se han atorado los copos de nieve.
No tenía frío porque el calor nos fluía dentro.
Tenía un impulso suicida y ahora se ha ido.


Comentarios

Irene R. ha dicho que…
Creo que no hay huida que salve más que esa, y mira bien, que seguro que sigues teniendo muchas cosas.
While ha dicho que…
todo lo que se va vuelve, y si no es que no debería haberse quedado nunca. seguro que si miras debajo de la cama hay un montón de cosas que te habías dejado en el tintero, eso o dentro del jabón de manos, que el otro día me encontré allí unas ganas enormes de besar que había perdido.

es genial, Eri.
(mcflurry de oreo)
Bluemīnda ha dicho que…
Qué ganas de invierno!

Un abrazo!