Las estrellas crujían de rabia y ebrias.
"Las estrellas están ebrias de cielo"
La canción sonaba con malvadamente deliberada lentitud. Era un inglés fácil que todos podían entender.
Y, en medio, ellos tenían silencio.
Lucy tenía frío, pese a que Martín tenía puesta la calefacción para que a ella no le afectase tanto el mono.
Casi se podía oír detrás el jadeo, donde Seto estaba con la cara retorcida y tratando de ultimar su último poema de amor.
Lucy se envolvió en el abrigo y vio que Alex relajaba las manos sobre el volante.
Seto abrió los labios, muy sonoro. En cambio, apenas se pudo ir su voz.
—Bésame o entramos en guerra.
Lucy se volvió. Seto estaba mirándola, directamente y sin disimular. Total, ya todos sabían que estaba loco por la droga que había en ella.
—Inicias la tregua cuando parpadeas y yo me enciendo, y me eclipso, cometa...
Aunque debería ser al revés, y lo sabían, Lucy miró a Seto con lástima. Se le habían deshecho los riñones de droga, y se iba a morir pronto; pero miró a Seto y murmuró.
—Me gusta cuando me hablas de estrellas.
Tumbado, Seto le sonrió. En aquella burla se contenía tanto, tanto, tan estelar y universal.
—Este es nuestro largo, continuo baile de estrellas... —le cantó, directo a las pupilas. —La ignición cuando parpadeas, la combustión de mi cometa, y tú, fugaz, la veleta, la luna, la mejor bailarina de las bestias.
Lucy le rozó los dedos y Seto cerró los ojos, en órbita, triste por la inminencia de aquella veleta supernova.
Comentarios
Precioso, precioso, precioso, y no sé me ocurre qué más decir.
Eres increíble.
<3
Porque habla de estrellas, de destrucción, de la pobre Lucy que se va apagando poco a poco y de un bésame o entramos en guerra.
Rawr!