Bizarro.


Tú, tus pintas de Billie Jean, mis piernas y un par de enanos calle abajo.
Era todo un circo, aunque no nos crecieran los enanos. Íbamos achispados, eso sí, y tenía una mezcla del cristal de la botella y su vómito en la garganta. Le dije que quería casarme con ella, mi niña tipo años sesenta. No le pedía nada. Sacudió la cabeza.
—A ti te empapelarían. Por cerdo. Lo hemos hablado.
Eructé. Me sonrió, con la pena aquella tan característica suya. Canté nuestra canción entre los dientes. Y es que ella era demasiado joven para recordarla en los puestos de los número 1, pero yo le había contado de eso tantas cosas que podría hacerse pasar por una vieja. Pero seguiría siendo tan solo una pobre careta.
—No, en serio. —dije inspirado. —Cásate conmigo.
Puso los ojos en blanco.
—Qué original.
Era demasiado pequeña para saber palabras duras, y por eso se hacía la mayor llamándolo a todo original.
Entonces la cogí en mis brazos, como hacía mucho tiempo que no hacía, se rió, como hacía mucho tiempo que no hacía, y le di un beso en la calle, como nunca habíamos hecho.
—¿Dispuesto a ir a la cárcel? —me dijo.
Su pequeño pecho subía y bajaba vertiginosamente cuando la dejé en el reposabrazos del banco, y chispeaba como si estuviera para siempre en aquella edad límite entre la adolescencia y la niñez.
Le até el cordón negro y plateado alrededor del dedo corazón, tiré de ella y me puse de puntillas para alcanzarla; y le dije:
—Cásate conmigo, Billie.
—Yo debería decirte que no para que no te encerraran. —y arqueó su ceja preferida. Y la mía.
Acabé la lazada en el cordón de compromiso. Estábamos en la zona occidental del parque. Se oyó barritar a algún elefante a lo lejos.
—Pero es que no eres de las que son tan dignas.
Me echó los brazos al cuello, y me reí.
Claro que luego me encerraron por cerdo casi para el resto de mi vida, pero a la señora Jean
no le importó en absoluto, y a mí menos.

Comentarios

Andrea ha dicho que…
Los finales trágicos solo valen la pena si la historia es feliz, creo que a ninguno de los dos les importó tanto su destino.
Me fascina el texto Đamte, como siempre.

abrazos ( de oso )
cuatro estrellas ha dicho que…
Qué más da el destino si su historia vale la pena..
Besos!
LittleMer ha dicho que…
Lo importante no es cómo acaba, sino cómo empieza (y cómo se desarrolla). Me gusta, y además mucho.

un abrazo grande grande.