Empezaba el fin.
Alguien me dijo que no le sonrío ya como antes.
Por dejar, hasta he perdido a los viejos monstruos por el camino. Y me lleva a ninguna parte. Empezó cuando reventé el espejo a puñetazos, me rebané los dedos y las muñecas antes de hendirlo a cabezazos. La sangre de los cabezazos no bastaba y grité para que se cayesen las paredes. Siguieron ahí.
No pretendía nada, pero me salté mi predicción. Se me atragantó el estallido. Lo hice más brutal. Escrito sonaría hasta bonito. Fue patético el espejo y mi sangre manando, porque la gente no vio que había pretendido romperlo y la rota era yo.
Me duele la cara al sonreír. Y ya no hay sonrisas por impulsos. Ya no le sonrío como antes. Apenas queda nada de antes. Lo devoré para seguir con vida.
Dicen que casi me morí aquella noche, pero quise matar al espejo porque no me quedaba mucho que perder. Una bonita vida hueca.
Me acuerdo de la última frase que dije. Luego creo que me morí, o fue algo parecido. No he querido indagar demasiado sobre el tema. No me gustan las respuestas que no cuadran con las que me he inventado.
—Y tú te fuiste, y a mí me quedaron solo los tanques, claro que quise ahogarme.
Por dejar, hasta he perdido a los viejos monstruos por el camino. Y me lleva a ninguna parte. Empezó cuando reventé el espejo a puñetazos, me rebané los dedos y las muñecas antes de hendirlo a cabezazos. La sangre de los cabezazos no bastaba y grité para que se cayesen las paredes. Siguieron ahí.
No pretendía nada, pero me salté mi predicción. Se me atragantó el estallido. Lo hice más brutal. Escrito sonaría hasta bonito. Fue patético el espejo y mi sangre manando, porque la gente no vio que había pretendido romperlo y la rota era yo.
Me duele la cara al sonreír. Y ya no hay sonrisas por impulsos. Ya no le sonrío como antes. Apenas queda nada de antes. Lo devoré para seguir con vida.
Dicen que casi me morí aquella noche, pero quise matar al espejo porque no me quedaba mucho que perder. Una bonita vida hueca.
Me acuerdo de la última frase que dije. Luego creo que me morí, o fue algo parecido. No he querido indagar demasiado sobre el tema. No me gustan las respuestas que no cuadran con las que me he inventado.
—Y tú te fuiste, y a mí me quedaron solo los tanques, claro que quise ahogarme.
Comentarios
Un texto desgarrador.
Damte eres grande, creeme.
¿Cuantas veces estamos hundidas, rotas? ¿Cuantas veces hemos querido solo terminar?
Me encanta.
abrazos ( de oso )
No sé por qué, pero me parece que casi siempre somos nosotras las que sufrimos mucho más por ellos. A lo mejor me lo parece a mí, je ne sais pas.
Abrazo
fuertefuerte Cleo.
Me ha encantado este texto, es de estos cortos pero intensos,tienes una forma especial de describir los sentimientos.
Besos!
Todo se rompe, y nunca llega a cicatrizar...
(HTR.)