Canción de guerra
De vez en cuando se echaba a temblar dormida en mi colchón y a mí se me retorcía el corazón.
A veces dormía encogida y así estaba aquel día, cuando me di cuenta de que ella no soportaba más batallas. Que poco les quedaba para romperla.
Aquel día me metí en la cama con ella y la miré callado. El aire brotaba tibio de ella, y acogedor. Ella dormía, pueril, extenuada. Torturada por las heridas. Ojalá pudiese besarla hasta curarla.
-Lu -la llamé susurrando.
- No te vayas -ni se despertó.
-Estoy aquí.
- Tengo miedo. - se echó a temblar.
-Te quiero - corregí.
-Te quiero...
Se quedó dormida, aunque no se había despertado, y pensé en lo que pasaría mañana, o mañana, o mañana. Me sonreiría y yo le diría que ella iba a ser fuerte por los dos. Y ella me rompería el corazón al decirme que lo haría por mí.
Ella era fuerte, muy fuerte. Tanto que yo no podía soportarlo. Tanto, que a ella la mataba tirar de los dos. Ella era fuerte cuando yo le curaba las heridas y ser valiente por mí la mataba.
Pero entonces aún era bonita como si sus ojos fuesen inocentes, porque no lo eran, pero todavía pensaba que había sonrisas en alguna parte. Por eso me fui.
Ella era una leona y se dejó hacer pajarito sin alas, y quién la iba a querer ahora.
—
A veces dormía encogida y así estaba aquel día, cuando me di cuenta de que ella no soportaba más batallas. Que poco les quedaba para romperla.
Aquel día me metí en la cama con ella y la miré callado. El aire brotaba tibio de ella, y acogedor. Ella dormía, pueril, extenuada. Torturada por las heridas. Ojalá pudiese besarla hasta curarla.
-Lu -la llamé susurrando.
- No te vayas -ni se despertó.
-Estoy aquí.
- Tengo miedo. - se echó a temblar.
-Te quiero - corregí.
-Te quiero...
Se quedó dormida, aunque no se había despertado, y pensé en lo que pasaría mañana, o mañana, o mañana. Me sonreiría y yo le diría que ella iba a ser fuerte por los dos. Y ella me rompería el corazón al decirme que lo haría por mí.
Ella era fuerte, muy fuerte. Tanto que yo no podía soportarlo. Tanto, que a ella la mataba tirar de los dos. Ella era fuerte cuando yo le curaba las heridas y ser valiente por mí la mataba.
Pero entonces aún era bonita como si sus ojos fuesen inocentes, porque no lo eran, pero todavía pensaba que había sonrisas en alguna parte. Por eso me fui.
Ella era una leona y se dejó hacer pajarito sin alas, y quién la iba a querer ahora.
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Comentarios
Y éste texto Clío.... Me ha recordado tantotanto a mí que me araña las entrañas. Además el hecho de que la chica leona se llamase Lu, es adorable (hay personitas que me llaman así) y jo. Seguiré leyéndote.
Un abrazo de los grandes.
Muy bueno, Damte, muy bueno.
Abrazo
explosivo.
p.D únicamente he visto una pequeña pega y es que repites mucho la palabra ella. Prueba a prescindir de ella en algunos párrafos, no queda mal :)
(y si te ha sentado mal, lo siento, no iba con esa intención)
PD: Me sigues encantando como el primer día.
Me encantó esta entrada, ya no sé que decir, simplemente me maravillas, como siempre.
abrazos (de oso)