No querías creerlo, pero te lo dije, ¿recuerdas?
Sacudías la cabeza cada vez que te lo susurraba al oído, porque no querías creerlo, porque creías que creer era la puerta para que ocurriese. Pero nunca funcionó así.
Se apoyó sobre el cristal de la tienda mientras fumaba, mucho, entonces fumaba mucho. No le gustaba confesarse a la almohada o a la gente. Ahogaba miedos en humo. Y luego camuflaba en él las derrotas. Como aquella.
—Te dije que también los sueños acababan por gastarse si no se alimentaban —le recordé en un susurro. Y aquella vez sí me dejó abrazarla. Ya no tenía miedo de que aquello se volviese real al tocarla. Ya lo era.
Comentarios
Cada uno tenemos una forma de encajar nuestras derrotas, de esconder nuestros miedos, aunque sepas que ellos permanecen cosidos a tu propia sombra.
Un beso enorme Clío :)
Un beso, Almendra
Es una de mis entradas favoritas :3
(abrazos azucarados)
Un beso chicadragón.
Por cierto, esa última frase que le dice, que gran verdad :(
Me gusta mucho como escribes, sobre todo esta frase: ''Ahogaba miedos en humo'' Y, es que la verdad, todos necesitamos ahogar nuestros miedos en algo.
*besos
rellenos de
felicidad*
Acabo de aterrizar por este blog y la verdad es que me quedaré un ratito por aquí.
Me gustan los textos que he leído sobre todo este, con lo corto que es pero tiene frases preciosas "Ahogaba miedos en huma. Y luego camuflaba en él las derrotas" PRECIOSO :)
Te dejo mi blog por si quieres pasarte formulassimplesconazucarsalado.blogspot.com.es
besos!