Cuando renuncias a la cocaína

Las oye.
Se araña. Las piernas, el pecho, la cara, los ojos, las oye.
Llora. Aunque hubiese alguien con él para oírlo, no entendería que es una súplica.
Las oye. Sus voces. Chillan. No es un sueño. No delira. Son reales. Las oye. O las oyó. ¿Importa, joder? Ahora le duelen. Eso sí importa.
La pistola en la boca sabe a polvo y metal pero el disparo impide que la información llegue al cerebro.

El sacerdote reza.
La mujer se araña los ojos. Parece una vieja griega. Se rompe en sollozos y desgarros. El viejo marido le sostiene. Tiembla.
—No puedo entender que un chico así se quiera quitar la vida —murmura. Los médicos han dicho que está en shock. No, él solo no entiende. Tiene al chico delante y le ve, pero no puede verle. Ve una mirada helada. Intuye en él un chico guapo, inteligente, sano, con algunos amigos. No ve a su chico, el raro, el débil, al que solía decir que dejase de escribir y buscase algo que no lo matase de hambre, el suyo.
El sacerdote se santigua.
-In nomine Patri, et Filii, et Spiriti Santi -las palabras se van, como todas.
Solo quedan al final las que le repitieron mil veces que no escribiese. A sus padres parecía herirles. No podía evitarlo. ¿Quería evitarlo? Como el cocainómano. Solo renuncias a la cocaína a patadas de dolor y bocanadas de humo.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Creo que me ha matado también un poco a mi.
Espero no dejar nunca de escribir, aunque las musas me abandonen.
Olivia P.Lisle ha dicho que…
Hola hola!
He llegado aquí por casualidad y me he sobrecogido con tus palabras. Son unas líneas tan...reales.
Pasaré con frecuencia a perderme de nuevo en tu blog

(besos de esquimal)
Miss Frenesí ha dicho que…
Yo creo que muchos moriríamos también si nos prohibiesen escribir, si nos quitaran lo único que realmente nos pertenece: las palabras.
Un beso enorme bonita :)
Nazaret Coquette ha dicho que…
(el corazón se me ha desgarrado lento, lento pequeña Clío)
Qué amargura, qué tristeza, qué maravillosas letras.

*mimitos mimosos*
Andrea ha dicho que…
Que profundo.
Me ha encantado, es algo triste, depresivo… pero muy bien narrado, como la realidad.

(abrazos azucarados)
Anónimo ha dicho que…
Es un poco doloroso, aunque solo sea un relato. O igual es que yo soy muy sensible...