Vuelo precoz.
Aquel gorrión de pecho blanco que volaba más a menudo que los demás no entendía lo que sentía.
Cuando el viento le revolvía las plumas con fuerza y él, Pío, cerraba los ojitos un instante, sentía algo en el pecho blanco. No sabía qué, pero no era desagradable, más bien lo contrario.
Yo habría ido más lejos. Yo habría dicho que a aquel gorrión le gustaba volar.
Pío aterrizó un día en la ventana de un aprendiz de magia al que le rompió los esquemas. A Pío realmente le gustaba el aura de aquel aprendiz, pero era pájaro solitario y tuvo que volver a echar a volar, continuó su viaje alrededor del mundo para no dejar de surcar los aires, y tuvo que hacerlo solo porque nadie más podía seguir su ritmo.
Aquel aprendiz le vio marcharse sin decir nada y se prometió a sí mismo que, algún día, reharía el viaje de Pío. Eso intentaba Shiko enfermizamente cuando desapareció. Ahora empiezo a preguntarme si no lo conseguiría.
Comentarios
¡Un beso!
pd: jajajaja, ¡me encanta el comentario de Mandarina!
Me encanta. Pensar que un pequeño y lindo gorrión amante del vuelo te deja tanto que pensar.
Quiero saber más, más de esa magia que recorre a Shiko.
(ositos
de goma)
Besitos <3