Vuelo precoz.


Aquel gorrión de pecho blanco que volaba más a menudo que los demás no entendía lo que sentía.
  Cuando el viento le revolvía las plumas con fuerza y él, Pío, cerraba los ojitos un instante, sentía algo en el pecho blanco. No sabía qué, pero no era desagradable, más bien lo contrario.

Yo habría ido más lejos. Yo habría dicho que a aquel gorrión le gustaba volar.
  Pío aterrizó un día en la ventana de un aprendiz de magia al que le rompió los esquemas. A Pío realmente le gustaba el aura de aquel aprendiz, pero era pájaro solitario y tuvo que volver a echar a volar, continuó su viaje alrededor del mundo para no dejar de surcar los aires, y tuvo que hacerlo solo porque nadie más podía seguir su ritmo.

Aquel aprendiz le vio marcharse sin decir nada y se prometió a sí mismo que, algún día, reharía el viaje de Pío. Eso intentaba Shiko enfermizamente cuando desapareció. Ahora empiezo a preguntarme si no lo conseguiría.



Comentarios

Andrea ha dicho que…
Qué decir, Clío :) El texto es precioso no, lo siguiente. Hacía tiempo que no leía un texto así (he estado un pelín desaparecida de blogger con los estudios) :3
¡Un beso!
Mandarina ha dicho que…
Clío...Pío...me riman x)
Jêv. ha dicho que…
Tiene que haberlo conseguido, siendo aprendiz de mago (o al menos eso espero, alguien le podría haber dejado algo de magia de más por si acaso)
pd: jajajaja, ¡me encanta el comentario de Mandarina!
Babú ha dicho que…
¿Cómo pueden haber pájaros a los que no les guste volar? ¡Con lo precioso que es!
Andrea ha dicho que…
Hace tiempo que no hablabas de este aprendiz de mago misterioso.
Me encanta. Pensar que un pequeño y lindo gorrión amante del vuelo te deja tanto que pensar.
Quiero saber más, más de esa magia que recorre a Shiko.

(ositos
de goma)
Elito ha dicho que…
Pío es Amor. De los grandes grandes.
Besitos <3