No sé si podría hacerlo.
(clic, imagen germen)
Se abrazaron como si fueran dos extraños en lugar de los mejores amigos.
—¿Qué ha sido de ti? —dijo Pierre, enredándole la melena. Ella gruñó.
—Va todo bien. La uni, el novio, ya sabes... —se apartó para peinarse y le miró, sonriente. —¿Y qué pasa contigo?
—Tout bien. —se le escapó en francés.
Se miraron un momento, casi incapaces de creer que hubieran pasado tantos meses sin verse.
—¿Debo deducir que has pisado otra vez Francia?
—Qué puedo hacer. —se encogió de hombros con una sonrisa resignada. —Tengo familia allí, ya sabes...
Captó perfectamente su silencio.
—¿Qué pasa?
—Ya tengo el dinero para París —murmuró ella, antes de darle la espalda y mirar el cielo.
Exactamente a la altura a la que se erguía la torre, calculó con rapidez Pierre antes de abrazarla.
—¿Qué haces aquí? —susurró.
La notó temblar, entendió con sorpresa.
—Me da miedo llegar a mi sueño, Pierre —susurró. —Me da miedo haber gastado tantas horas, tantos sueños, tantos folios cubriendo pasos para un camino que resultará en un chasco.
Sonrió entre dientes. Los sueños tienen derecho a cumplirse. No sé si podría hacerlo.
—Dudo que pArís pueda decepcionar a una de sus fieles amantes, Let. —le dijo en voz muy, muy baja, para que la torre Eiffel no se sintiera celosa.
Comentarios
Y la imagen!
Mi farse favorita es la última, es hermoso.
Que linda pareja estos mejores amigos que al mismo tiempo son desconocidos.
(ositos
de goma)
Esta en concreto me hace sentir curiosidad por los dos personajes.
Un beso, te sigo :)
Muy lindo relato, un abrazo :)
latidos de
morfina
Un beso enorme bonita!