Mira que marcharte.

—Mira que marcharte —farfulló Eloïse.
Ya no le quedaban lágrimas. Las había gastado todas sin pensar si volvería alguna vez. Siguió dando vueltas por el cuarto como una voraz fiera apresada. Algo de verdad había en eso. Se sentía fiera, se sentía capaz de destrozarle, de matar si hacía falta. Y sin duda estaba apresada. En un cuerpo demasiado dispuesto a electrizarse bajo sus manos y un corazón rematadamente idiota.
Le miró por enésima vez de reojo, pero en aquella ocasión hubo algo diferente. Los celos o la ira, quién sabe qué, pero algo se apagó dentro. Puf. Un soplido y extinto como la llama de una débil velita.
Y ella comprendió qué le había dolido en realidad.
—Te fuiste y ni siquiera me diste un abrazo, un beso de despedida —confesó. —Como si no te importase nada marcharte. No me diste un beso, Alev.
Él parecía esperar algo mucho más terrible que eso, porque rearmó sus defensas. No negó la grave acusación, pensó un instante y replicó, sencillamente:
—No estabas despierta para saborearlo.


Comentarios

Andrea ha dicho que…
Lovely.
Quiero saber más de esta curiosa pareja.
Me rompen el corazón, perfectos para un día nublado como este (:

(ositos
de goma)
H. ha dicho que…
Seguro que le rompió el corazón, pero no todo está perdido, se puede reconstruir a base de sonrisas.
Un post muy amargo, increíble.

Un beso enorme :)
David ha dicho que…
Si es que en el fondo lo que de verdad nos importa son los pequeños detalles.
(Sinceramente, yo la hubiera despertado).
¡Un beso!
Unknown ha dicho que…
(confieso que aunque no lo saboreara, lo habría sentido en mis sueños)
Besitos, AJ.-
Mist Wolke ha dicho que…
Me has dejado de piedra con el final, menuda forma de intentar excusarse por dejarla X)
Un beso :)