(todos rotos.)

Charlie ya estuvo aquí, ¿te acuerdas de ella?

—El problema, el jodido problema de todo esto, Vincent, es que parece que somos los únicos que tenemos problemas. —farfulló Charlie mientras intentaba refugiarse en la piel de Vincent. —Veo a la gente caminando por la calle y ninguno tiene esa sombra en los ojos. Problemas familiares, económicos, de salud, me da igual. Todos tienen lo suyo, y ninguno parece tan derruido como tú y yo.

Sin vestirse siquiera, Vincent se escapó de la cama sin que las sábanas opusieran resistencia y se acercó a la cortina que cubría la ventana. Apoyó la frente sobre el cristal.

—Todos, todos esos, Charlie, son personas. Como tú y como yo.

Vincent suspiró mientras Charlie se escabullía del colchón y le rodeaba con su piel fría.

—Todos caminan, sienten, sonríen, lloran. Todos hacen lo que pueden por seguir adelante, Charlie. Como tú y como yo.

Charlie apoyó sus dedos sobre el cristal, como el gato que araña el vidrio tratando de escaparse de una cárcel transparente.

—En realidad, todos están rotos por dentro, Charlie.

—Como tú y como yo.