¿Las aves inmortales?

¿Quieres saber cómo son? Hace tanto tiempo que este maguito no tiene la oportunidad de pensar en ellas...

    »Pero nunca podría olvidarlas. Supongo que alguien como tú, un pequeño novato, nunca las vio cara a cara, siempre les gusta volar demasiado lejos de los dedos humanos, y además hace mucho que decidieron volar lejos, lejos de los ruidos.  
    »¿Quieres saber su color? No lo recuerdo, siempre que intentabas mirarlas escapaban, veloces, rayos, y el sol anudaba tus pupilas mientras el pájaro huía, raudo. ¿Eran pardas? ¿Eran doradas? ¿Eran bonitas? ¿O eran feas? ¿Le importó a alguien mientras escuchaba su gorjeo, le importa a alguien si el piano es bonito? ¿No prefiere escucharlo? Ninguno de nosotros pensó nunca, mientras el corazón se le encogía al ver a esas pequeñas deidades teñidas del resplandor del sol, cuál era su color de verdad.
    »Las ramas que quedaron entonces tatuadas en nuestras pieles no tienen nada que ver, han quedado mudas, sólo de vez en cuando el viento susurra al acariciar sus pobres vestidos verdes que nunca sustituirán esas plumas brillantes, refulgentes, que un día dejamos de ver sin saber por qué decidieron marcharse. Puede que encontraran unos ojos nuevos a los que narrarles historias con sus piares.