Brillantesojoscontracorriente.

Un olor es un nombre que alguien escribió a fuego en el viento. El conjuro, en el fondo, es muy sencillo. Se limitó a sonreír al aire con amargura y melancolía -hay quien dice que a veces lee la tristeza directamente de tu corazón- . Entonces el pobre Eolo, recordando el nombre que él mismo le habia chillado a los vientos hasta enloquecer (ClíoClíoClíoClíoClíoClío), se apiadó de esa melancolia y la susurró al aire.

El viento siempre seguirá trayéndome tu olor, Ojosbrillantes, pero no solo ese. Yo, a cambio de no olvidar nunca la caligrafía de tu nombre, solo pido una cosa: nunca te conviertas en ese olor llamado memoria donde ya no distingo ninguna letra. Sé siempre mi pequeña contracorriente, sopla en dirección contraria, para que yo siga leyendo tu olor allá donde vaya. Ya sabes que lo harás, ya lo sé, y de todas formas tampoco podría olvidarte.
Porque, ¿quién podría olvidar tu nombre, Ojosbrillantes?