Silvestres en bosques de metal.

Somos criaturas salvajes. Lo fuimos en origen, como todo lo que nos rodea, y seguimos siéndolo. Ya no podemos recordarlo, pero lo que hemos vivido durante mil años puede más que lo que hemos vivido durante todas nuestras vidas. A todos nos apetece alguna vez ser un animal. Todos hemos querido en algún momento abandonar las urbes, dejar los edificios, volver a los árboles, o al campo, a lo que sea. Perder el humo, el ruido, las bocinas, las sirenas, poder tragar aire sin que pase un coche por delante y engullas todo su maldito CO2, que no haya estereotipos, que nadie espere nada de ti, que seas libre sin que nadie te dicte qué hacer, solos tú y tu instinto. Algunos lo saben porque lo sienten, otros lo han leído. Todos lo hemos pensado alguna vez. Yo soy una de esas pruebas vivientes.

Yo, que he vivido en LA urbe, en Madrid, toda mi vida,
a estas alturas,
cada vez que veo anochecer sigo esperando a que salgan las estrellas.

Comentarios

peanut butter ha dicho que…
Cuanta razón tienes.
Totalmente deacuerdo con el último párrafo.
Mambú C ha dicho que…
Tus palabras me han hecho reflexionar más de lo que ha hecho nadie en mucho tiempo. ¿Somos tan civilizados, en realidad? ¿O simplemente fingimos serlo en una sociedad que sólo nos sirve de maquillaje a la certeza?

(¿te cuento un secreto? Yo también espero cada noche a las estrellas)

(plumas de águila)
Anónimo ha dicho que…
Donde yo vivo desde mi ventana veo todavía algunas estrellas.
Todavía queda esperanza ;)
Anónimo ha dicho que…
Seguimos siendo animales. Lo qué pasa es que tenemos conciencia moral y necesidad de mostrar superioridad ante los demas y por eso nos expandimos. Hay veces en las que quisiera vivir en la epoca en la que no existia internet y solo estaba el telefono publico. Tal vez ni eso :)
Anónimo ha dicho que…
Créeme, aquí somos muchos los que más de un día necesitamos ser salvajes. Está dentro nuestro, y nadie nos lo va a quitar nunca.
Yo también espero ver las estrellas por la noche (sabiendo que no va a pasar)
Mandarina ha dicho que…
Yo estuve a punto de ir a Madrid a estudiar pero me agobió demasiado...ahora mismo lo único que quiero es irme al Tibet y no regresar
Un lobo durmiente ha dicho que…
Me ha encantado esta historia, esa parte salvaje de nosotros, que aflora cuando lo necesitamos, cuando estamos afligidos o simplemente cuando nosotros queremos que así sea. Me gustaría admitir que yo también sigo esperando que, cada noche, un puñado de estrellas ardientes acompañen a la luna e iluminen el cielo con claridad. ;)