Lovers in Japan.
Era el amante más cuidadoso del que los dioses pudieron reír.
Celoso como él solo, nunca le dio a su secreta amada su número, ni su correo, ni su dirección. Solamente quedaban en un parque. Sin fecha, sin hora.
Y cuando sus miradas tenían la casualidad de cruzarse, las estrellas morían entre sus pupilas, los polos estallaban en llamas, y sus bocas necesitaban beber de la del otro.
Todas las precauciones posibles, para que su corazón no dejara de latir enloquecido entre esos brazos prohibidos, pero tampoco muriera de frío en una casa vacía...
Celoso como él solo, nunca le dio a su secreta amada su número, ni su correo, ni su dirección. Solamente quedaban en un parque. Sin fecha, sin hora.
Y cuando sus miradas tenían la casualidad de cruzarse, las estrellas morían entre sus pupilas, los polos estallaban en llamas, y sus bocas necesitaban beber de la del otro.
Todas las precauciones posibles, para que su corazón no dejara de latir enloquecido entre esos brazos prohibidos, pero tampoco muriera de frío en una casa vacía...
Qué pena,
no haber contado con lo que gritan las miradas a nuestras espaldas.
Comentarios
Un beso
Mucha suerte linda.
(supongo que a ella le bastaba con su presencia)
and true...