Fuego en el estómago.
Eran dos bandidos sin leyes ni nombre.
Bonnie y Clyde arrojados en el ojo del huracán.
Dos pequeños insectos bajo la tormenta que está a punto de estallar, dos ratones atrapados por la ratonera, Piolín versus Silvestre.
Las pistolas eran el leit motiv de todo, de sus vidas, de la guerra, de la habitación en la que iban a morir. Les ofrecieron, dijeron ellos, un trato justo: dos pistolas, una para cada uno, y al que sobreviviese le dejarían marcharse sin pagar otro peaje.
Ah, pero ellos, esas dos llamaradas escondidas en cuerpos humanos, aunque no tenían ni orgullo ni principios, eran Bonnie y Clyde.
Así que se sentaron a esperar el desenlace cogidos de la mano.
Bonnie y Clyde arrojados en el ojo del huracán.
Dos pequeños insectos bajo la tormenta que está a punto de estallar, dos ratones atrapados por la ratonera, Piolín versus Silvestre.
Las pistolas eran el leit motiv de todo, de sus vidas, de la guerra, de la habitación en la que iban a morir. Les ofrecieron, dijeron ellos, un trato justo: dos pistolas, una para cada uno, y al que sobreviviese le dejarían marcharse sin pagar otro peaje.
Ah, pero ellos, esas dos llamaradas escondidas en cuerpos humanos, aunque no tenían ni orgullo ni principios, eran Bonnie y Clyde.
Así que se sentaron a esperar el desenlace cogidos de la mano.
Comentarios
MOLA *-*
Te juro que como sigas asi, serás muy grande, Rom, muy grande.
Un beso enorme!
(ojalá haya más entradas históricas como está, Rom ;D)
¡besotes!
Muy bueno, muy, muy bueno (:
A ver que pasa.. :)
Un beso enorme, espero la continuación!
http://unmarinfinito.blogspot.com/