Mine
Era un toldo de flores. No tenía nada más, aparte de esas flores estampadas que le daban un toque mediocre, ni siquiera muy colorido.
Fue lo primero que compró para su casa. Antes que cualquier mueble, que cualquier electrodoméstico, cuando aún ningún ser humano había habitado entre esas paredes, el toldo ya coronaba la terraza, escondiendo las ventanas, guareciendo la casa de los inclementes rayos del sol.
Pasaron años, lustros, décadas. La casa absorbió toda la felicidad que emanaban sus habitantes, esa familia que no dejaba de crecer y crecer, hasta que llegó el momento de que empezase a disminuir. Volvió a quedarse ella, sólo ella, la primera en entrar y la que fue la última en salir, y como suele decirse, con los pies por delante.
Ninguno de sus hijos o nietos quiso volver a esa casa: tenían sus propias vidas, forjadas en otras partes, otras calles. Pasó mucho tiempo hasta que Charlie la compró.
-No entiendo qué le ves a ese toldo, Charlie. -comentó Vincent un día, cuando Charlie estaba de pie frente a la ventana. Y Vincent sabía que no miraba el paisaje, sino ese dichoso trozo de tela. -Está viejo y descolorido.
-Fue importante para alguien, Vincent. Alguien que vivió aquí hace tiempo, ¿sabes?, la persona que lo compró. Así que ni se te ocurra ponerle uno de tus dedos encima. -Charlie, perdida, dejó que su lengua cambiase del francés al inglés. -Ahora, is mine.
(lee las otras entradas de Charlie)
Fue lo primero que compró para su casa. Antes que cualquier mueble, que cualquier electrodoméstico, cuando aún ningún ser humano había habitado entre esas paredes, el toldo ya coronaba la terraza, escondiendo las ventanas, guareciendo la casa de los inclementes rayos del sol.
Pasaron años, lustros, décadas. La casa absorbió toda la felicidad que emanaban sus habitantes, esa familia que no dejaba de crecer y crecer, hasta que llegó el momento de que empezase a disminuir. Volvió a quedarse ella, sólo ella, la primera en entrar y la que fue la última en salir, y como suele decirse, con los pies por delante.
Ninguno de sus hijos o nietos quiso volver a esa casa: tenían sus propias vidas, forjadas en otras partes, otras calles. Pasó mucho tiempo hasta que Charlie la compró.
-No entiendo qué le ves a ese toldo, Charlie. -comentó Vincent un día, cuando Charlie estaba de pie frente a la ventana. Y Vincent sabía que no miraba el paisaje, sino ese dichoso trozo de tela. -Está viejo y descolorido.
-Fue importante para alguien, Vincent. Alguien que vivió aquí hace tiempo, ¿sabes?, la persona que lo compró. Así que ni se te ocurra ponerle uno de tus dedos encima. -Charlie, perdida, dejó que su lengua cambiase del francés al inglés. -Ahora, is mine.
(lee las otras entradas de Charlie)
Comentarios
un beso
Por cierto, estaba mirando tu blog con V y casi le da un telele al ver que te gusta Full metal! ( A el también)
Un beso
Jaja te echaba de menos! Pero entiendo que se haga pesado bloguear, mira yo que antes publicaba a diario y ahora estoy racionando jeje y reconozco que devolver comentarios se me hace pesado...es el calor sin duda!
Lo de revisar los blogs a seguir a mi también me pasa, de hecho no me gusta tener una lista interminable, que media docena tengo fijos a comentar!
Y sí, V es bastante friki, ahora un poco menos que se está haciendo mayor xD pero cuando le conocí era muy de Dead Note, Bleach y esas cosas (yo no lo soy ya lo siento, pero la mayoría!
Besines
Me ha encantado conocer a Charlie
Estás trabajando mucho en el diseño del blog. Me gusta :)
Un saludo !