nuestra Ardilla
Tuvisteis suerte de no conocer a Diana. Murió joven, pero esos años que vivió fueron un suplicio para muchos.
Nah, es broma: siempre alegre, imposible de enfadar. La llamábamos Ardilla porque adoraba subirse a los árboles y hacer fotos. Tal y como lo oís.
Ardilla tenía una sonrisa bonita. Desdentada -siempre había algún diente de viaje con el Ratoncito Pérez-, quizá muy grande, pero bonita. Pero lo mejor de ella era la forma que tenía de escuchar a la gente.
Trepaba a un árbol con la agilidad de un chimpancé y te miraba desde allá arriba. Y por el brillo que adoptaban sus ojos ya sabías que podías estar hablando horas y horas: Ardilla nunca te interrumpiría y nunca jamás contaría nada.
Tuvisteis suerte, porque así no la visteis marchitarse. Creo que abusamos de ella. Ardilla era súper sincera y honesta, y quizá por eso dejó -entre comillas- que la enfermedad se la llevase. Había demasiados secretos sobre su pequeña espalda. Yo creo que no soportó que cuando trepaba a un árbol no fuese para quedarse boca abajo pendiendo de una rama, sino para escuchar, escuchar en silencio horas y horas. Le gustaba, pero odiaba ser confidente de los crímenes de tanta gente... Sí, yo creo que Ardilla prefirió marcharse sin dar guerra que seguir con nosotros y no volver a ser capaz de sonreírnos, de quedarse avizor sobre una rama, dándote pie a hablar y librarte de tus secretos para recuperar tu libertad mientras, a cambio, ibas matando la de ella.
Nah, es broma: siempre alegre, imposible de enfadar. La llamábamos Ardilla porque adoraba subirse a los árboles y hacer fotos. Tal y como lo oís.
Ardilla tenía una sonrisa bonita. Desdentada -siempre había algún diente de viaje con el Ratoncito Pérez-, quizá muy grande, pero bonita. Pero lo mejor de ella era la forma que tenía de escuchar a la gente.
Trepaba a un árbol con la agilidad de un chimpancé y te miraba desde allá arriba. Y por el brillo que adoptaban sus ojos ya sabías que podías estar hablando horas y horas: Ardilla nunca te interrumpiría y nunca jamás contaría nada.
Tuvisteis suerte, porque así no la visteis marchitarse. Creo que abusamos de ella. Ardilla era súper sincera y honesta, y quizá por eso dejó -entre comillas- que la enfermedad se la llevase. Había demasiados secretos sobre su pequeña espalda. Yo creo que no soportó que cuando trepaba a un árbol no fuese para quedarse boca abajo pendiendo de una rama, sino para escuchar, escuchar en silencio horas y horas. Le gustaba, pero odiaba ser confidente de los crímenes de tanta gente... Sí, yo creo que Ardilla prefirió marcharse sin dar guerra que seguir con nosotros y no volver a ser capaz de sonreírnos, de quedarse avizor sobre una rama, dándote pie a hablar y librarte de tus secretos para recuperar tu libertad mientras, a cambio, ibas matando la de ella.
Comentarios
Ya has regresado 'oficialmente'?
Por cierto, me encanta el diseño, alucino con las plantillas que usas (si no son plantillas perdona mi ignoracia)
Creo que la entrada de hoy te gustará ^^
Caramelos de Lima
(exportadosdesdeParís)
Bonito diseño (: ¡Besos!
Tengo que decirte que este texto es tan hermoso como triste. Que está muy bien relatado, y que siento pena por no haber conocido a Ardilla.
Espero que todo vaya bien, y siento si aparezco de forma intermitente, pero estoy de exámenes y voy como puedo.
Un saludo :)
Me gusta mucho este blog y el diseño es fantastico