Hechizos de la bruja Shiko
La primera vez que la vi, me pareció demasiado rara.
Llevaba el pelo muy corto, y muy negro: el flequillo era lo más largo, y tenía la cabeza inclinada para poder mesarlo con sus dedos largos y delgados sin estirar el brazo, sólo doblándolo.
Y sus ojos rasgados y castaños se clavaban en todas las personas con las que se topaba, pero sólo un segundo, porque, aunque intentaba parecer dura, para mí estaba claro que le daban miedo.
Ahora ha cambiado un poco, o eso me gusta pensar. Por ejemplo, ella, Shiko, hace unos duelos de miradas larguísimos, de ésos que tanto incomodan a los adultos. Pero es que Shiko sabe que probablemente es la última vez que podrá ver a esa persona en todos los años que le queden ¿1? ¿5? ¿50? ¿500?, con una bruja como ella nunca se sabe. Aunque a uno por la calle le da por pensar que está loca.
Y me gusta creer que ha cambiado, porque si no no habría forma de que yo la quisiese, a esa bruja que te mira con un dedo escondiendo su sonrisa, pidiendo silencio, y con ese brillo en sus ojos. Divertido. Tal vez escandalizado. Pero, sobre todo, muy divertido.
Si no me creo que ha cambiado, tengo miedo de que esté tramando un hechizo de los suyos. De ésos que te hacen despertar con una resaca del copón, de los que provocan un aguacero que rompen incluso paraguas transparentes, aquellos que te hacen resbalar con invisibles pieles de plátano, los mismos que te retuercen la cara para las fotos sin que te des cuenta.
Es mala, ¿verdad?
Llevaba el pelo muy corto, y muy negro: el flequillo era lo más largo, y tenía la cabeza inclinada para poder mesarlo con sus dedos largos y delgados sin estirar el brazo, sólo doblándolo.
Y sus ojos rasgados y castaños se clavaban en todas las personas con las que se topaba, pero sólo un segundo, porque, aunque intentaba parecer dura, para mí estaba claro que le daban miedo.
Ahora ha cambiado un poco, o eso me gusta pensar. Por ejemplo, ella, Shiko, hace unos duelos de miradas larguísimos, de ésos que tanto incomodan a los adultos. Pero es que Shiko sabe que probablemente es la última vez que podrá ver a esa persona en todos los años que le queden ¿1? ¿5? ¿50? ¿500?, con una bruja como ella nunca se sabe. Aunque a uno por la calle le da por pensar que está loca.
Y me gusta creer que ha cambiado, porque si no no habría forma de que yo la quisiese, a esa bruja que te mira con un dedo escondiendo su sonrisa, pidiendo silencio, y con ese brillo en sus ojos. Divertido. Tal vez escandalizado. Pero, sobre todo, muy divertido.
Si no me creo que ha cambiado, tengo miedo de que esté tramando un hechizo de los suyos. De ésos que te hacen despertar con una resaca del copón, de los que provocan un aguacero que rompen incluso paraguas transparentes, aquellos que te hacen resbalar con invisibles pieles de plátano, los mismos que te retuercen la cara para las fotos sin que te des cuenta.
Es mala, ¿verdad?
Comentarios
Un beso
te contesto otro video (para todos esos que no son capaces de ver la belleza)
http://www.youtube.com/watch?v=8v_4O44sfjM
(es un pelin siniestro)