al parecer, sí lo hace
¡cada vez se me dan mejor los microrrelatos! :D
Cómo llegué hasta aquí es del todo increíble.
-No está. -me dijo la aburrida de su amiga sin mirar mi ramo de flores, ése al que tanta ilusión le había añadido.
Arual, la detestable amiga moñas, parecía diferente, parecía... ¿alegre? Imposible.
Decidió agregarme un poco más de información con una fugaz explicación.
-Es que ha desaparecido.
-¿Cómo has dicho? -protesté pasmado ante su calma, boquiabierto, ojiplático, atónito. -¡La gente no desaparece así como así!
Arual me sonrió con suficiencia, orgullosa de demostrarme que ella, Shiko, no me lo había contado todo, que apenas estábamos conociéndonos, que yo no era más que su juguete.
-¿La gente no desaparece así como así...? -Arual parecía una serpiente que me estaba asustando -Pues ella sí. Se ve que no tienes ni idea de las fuerzas con las que estás tonteando.
-No me moveré de aquí sin ella. -clamé a los vientos. Arual se encogió de hombros.
-Yo tampoco. -dijo solamente, mirándome con desprecio y, al fin, diversión.
Mientras os cuento todas esas historias pasadas entre ella, Shiko, Arual y yo seguimos aquí parados, esperando a que aparezca.
Cómo llegué hasta aquí es del todo increíble.
-No está. -me dijo la aburrida de su amiga sin mirar mi ramo de flores, ése al que tanta ilusión le había añadido.
Arual, la detestable amiga moñas, parecía diferente, parecía... ¿alegre? Imposible.
Decidió agregarme un poco más de información con una fugaz explicación.
-Es que ha desaparecido.
-¿Cómo has dicho? -protesté pasmado ante su calma, boquiabierto, ojiplático, atónito. -¡La gente no desaparece así como así!
Arual me sonrió con suficiencia, orgullosa de demostrarme que ella, Shiko, no me lo había contado todo, que apenas estábamos conociéndonos, que yo no era más que su juguete.
-¿La gente no desaparece así como así...? -Arual parecía una serpiente que me estaba asustando -Pues ella sí. Se ve que no tienes ni idea de las fuerzas con las que estás tonteando.
-No me moveré de aquí sin ella. -clamé a los vientos. Arual se encogió de hombros.
-Yo tampoco. -dijo solamente, mirándome con desprecio y, al fin, diversión.
Mientras os cuento todas esas historias pasadas entre ella, Shiko, Arual y yo seguimos aquí parados, esperando a que aparezca.
Comentarios
Un beso
Que tal los exámenes? Espero que muy bien