Música de rojo

Al principio parecía poca cosa. Sí; de hecho, no eran más que unas pequeñas punzadas cuando estaba cantando, a veces. Luego, cuando discutía. Luego, cuando se emocionaba. Luego, al comer... Luego fue tanto que dejó de comer y de hablar.
Lex mira su bajo mientras carraspea: un murmullo consternado se erige entre el público.
-Se le diagnosticó cáncer de laringe. Fue operada de urgencia debido al  estado de la enfermedad.
   Silencio absoluto en el estadio abarrotado. Nadie quiere parpadear: es todo tan repentino, se parece tanto a una pesadilla, que el más simple pestañeo haría que todo desapareciese.
-La operación se resolvió con un relativo éxito. Se confirmó que el cáncer había sido totalmente extirpado, pero...
Es entonces cuando todos ven que a Lex, el bajista de ese grupo que ha logrado un éxito apabullante enseguida, se le quiebra la voz por las lágrimas.
-Krika ha decidido retirarse de los escenarios para no terminar de dañar su voz y que pueda seguir participando espontáneamente en algunos tours.
   Las luces se apagan, y unas inmensas columnas de fuego surgen del fondo. Una chica entra en el escenario, vestida con esos trajes sinuosos que la caracterizan, y sonríe como siempre. Se acerca a Lex y le besa en los labios ante la ovación del público, que intenta reconfortarles como puede: él está hundido en las lágrimas y se retira al fondo del escenario, mientras que ella parece más decidida que nunca cuando sujeta su micro.
   Sin una palabra, sin más explicaciones que las que ya se han dado, empieza el ritmo de la batería: el grupo se prepara para entrar cuando lleguen sus respectivos momentos.
   Los fans presentes tienen dolorosamente claro que es la última vez que oyen a Krika en su elemento, que se retira, se va para no volver más, dejando un último concierto como último recuerdo.
   Ahora se dan cuenta de que  t o d o  ha cambiado. Los del grupo parecían mucho más maduros cuando pisaron el escenario, la aparición de Krika vino acompañada de esa firmeza, ¿y el beso con Lex? Parece que la evidente atracción entre ambos ha tenido un final más feliz que el del grupo: han estrechado su vínculo para poder seguir en pie y tocando, al menos el tiempo que les quede.
   Además, mientras actúan -y Krika deja que sus cuerdas vocales emanen toda su magia-, todos ven con claridad que los ojos de la joven música están llenos de lágrimas, y que alza la mirada para seguir como siempre. Los minutos que le quedan como profesional debe pasarlos siendo la chica de sonrisa permanente y voz clara, aunque ese aire lúgubre de despedida pugne por introducirse en todos ellos. No pueden consentir que su salida se llene de lágrimas. Siempre han dicho que no hay que irse 'a lo grande', sino dejando que tus últimas notas suenen como un 'hasta pronto'.
    Y a ella le queda seguir. El grupo ha estado bien, pero ya es hora de continuar sola. Lex estará ahí para escuchar las últimas notas que deje salir su garganta herida, se dice mientras aferra el micrófono cegada por las profusas lágrimas, y eso basta.
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