Malas noches en pareja (I)

Habían empezado la convivencia con mal pie -como todas las parejas-, pero a los tres meses parecían la pareja perfecta. Unidos, sin gritos, sin rencores.
Tal vez era porque se desfogaban por las noches.
Después, cuando ya no quedaba esperma, palabras o besos que regalarse, cuando apagaban las luces y sus respiraciones eran el único aire que no se detenía, pesado, en la habitación.
Era entonces cuando ella se quedaba muy quieta en un rinconcito, con el frío anidando hasta su último hueso, y cuando él fingía dormirse para no molestarla.
Así pasaban sus noches, como si fuesen dos tímidos extraños encerrados en sus frías burbujas e incapaces de susurrar al oído del otro un poema de amor o de pedirle ayuda, de suplicarle que le envolviese su calor para derretir el hielo que iba apoderándose de sus cuerpos. El miedo a perder al otro ataba sus pies y manos.
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¡AjÁ!, he hecho trampas. *-* como sé lo que aburre a los ojos encontrarse con textos largos, voy a empezar a cortar las entradas en 2 (: eso implica que la continuación siempre será al día siguiente, no dos días después como estaba publicando hasta ahora... a ver qué tal funciona el sistema. :p [¡hasta mañana a las 15:00!]

Comentarios

While ha dicho que…
(sabes que me gusta muuucho)
Juás, yo lo he leído entero ^^
Eri ha dicho que…
¡eh, no vale anunciarlo públicamente! (:
Mandarina ha dicho que…
Jaja, yo también he comprobado el buen funcionamiento de las entradas cortas! Me ha dejado un poco encogida, a ver como termina: Un beso!