Autodestructiva

Me llamo Morgana, tengo diecisiete años y soy virgen.
Y con eso, aparte de llamar vuestra atención, os he contado el dilema de mi vida.
  Qué más puedo deciros. Soy una estudiante modelo gracias a mi lamentablemente buena memoria. Y digo lamentablemente porque llevo un cartel gigante que grita 'empollona' adherido a la piel. Y lo odio.
  Tengo cinco amigos. Y no soy feliz con ellos porque no quiero, que conste. Porque podría. Yo soy así. Autodestructiva.
  Mi mayor afición es, de momento, sentarme con mi perro en el regazo y surcar los inmensos dominios de Internet. Antes dibujaba. Gané premios y todo. Pero lo dejé.
  Un músico puede soñar con vender CDs; un escritor, libros. Pueden ser malos o buenos, o puede que sus talentos no sean reconocidos nunca, pero pueden tener sus sueños. Pero un dibujante ¿qué tiene, si no quiere hacer cómics? Cuadros. Cuadros que snobs aburridos tal vez quieran comprar para exponerlos en sus pedantes mansiones y olvidarlos cuando les aburran. Por eso lo dejé. Al principio, no dar rienda suelta a todas las imágenes que me asaltaban era abrumador. Ahora, con el paso del tiempo, creo que he lorgado destruir mi talento. O aplacarlo, al menos. Ahora lo más parecido que hago son fotos. Pero eso es personal.
Además, soy muy sensible, y eso ya me ha provocoda un montón de quebraderos de cabeza. Estoy colada por un chico, como ejemplo. Iván, es dos años mayor que yo. Y mi primo, además. Ya sé que estoy enferma al estar enamorada de lo más parecido a un hermano que tengo, pero por las noches no puedo controlar mis sueños, ni a mi cuerpo que me pide a gritos una caricia suya, pero de verdad, porque mi cuerpo se ha hartado de esperar al príncipe azul que para mí no llega nunca.
  Anoche, me sentía especialmente sola. Es una edad rara, la mía. Al menos para mí. Yo no siento ganas de comerme el mundo. Siento ganas de no tomarme las cosas tan a pecho, de no ir a estudiar una gilipollez tan grande como la economía, y de follar. No, de hacer el amor. Joder, qué miedo me da hacerme vieja y seguir así de sola, que no aparezca mi príncipe, que mi cuerpo no sea lo bastante bonito para nadie, que siga tan colada por Iván como lo he estado desde cría.
  Anoche, mientras mis manos acariciaban mi cuerpo intentando convencerme de que mis dedos eran en realidad los suyos -como si él fuese a querer tocarme siquiera de saber cómo soñaba con él-, me odié, odié mi cuerpo como todas las noches, cuando me siento tan sucia al soñar acostarme con él y gustarme tanto. No controlo mis sueños, pero no quiero hacerlo, es la única forma que tengo de sentirle dentro de mí.
  Joder, qué puta mierda de edad para encima pasarla en soledad. Todo pasa y todo queda, lo sé, pero sigo siendo una cobarde callada con una vida vacía que se tiene asco cada noche.
eso, todas las noches.

Comentarios

While ha dicho que…
Ba! Sabes que me encanta este tipo de mujeres, y Morgana no iba a ser menos :)
Melodías Agridulces ha dicho que…
Todos en algún punto somos autodestructivos, ¿no? Me gustó mucho Morgana.
LaU ha dicho que…
Genial! Me encanta Morgana y el nuevo cambio del blog :)
Un lobo durmiente ha dicho que…
Somos todos un poquito autodestructivos, y por eso me ha gustado este personaje. Y en algunas partes quizá muchos nos parezcamos a ella (no diré en que partes). Me ha encantado, como todos (o casi todos) tus relatos. ;)