Realmente, el tiempo huye.

vale, es una entrada demasiado larga. bueno, adler estará un tiempo sin pasarse por aquí, espero, no hay que abusar.
haciendo clic en el título iréis a un dibujo que inspiró esta escena. (:
Tosió un poco. Sacudió la cabeza y alzó el rostro hacia el cielo de nubes de plomo, que descargaban en ese momento su agua helada.
Él, inmóvil en aquellas escaleras, acercó el cigarrillo a sus labios e inhaló el humo. Lo lanzó al aire, apenas una etérea mariposa en medio de esa tormenta.
Una figura igual de solitaria que él se detuvo.
-Qué costumbre tan fea, esa de fumar. -dijo la figura.
Él dio una nueva calada antes de encogerse de hombros.
-Qué más le dará.
-Por favor, nada de 'usted'. -protestó. -Parece que no nos conocemos.
-Eso digo yo.
- ¿Empezaste a fumar porque tu madre pasaba de ti?
-Que te den. -fue su amargada respuesta.
- ¿O porque tu papi abusaba de ti?
El joven dirigió una mirada larga al suelo antes de dar otra calada.
-O porque era gilipollas.-comentó. -A veces hace falta buscar el motivo más simple. Sí, creo que fue ésa. Era gilipollas.
-Quién, ¿él o tú?
-Hablaba de mí, pero los dos lo éramos. Él siempre me trató como si fuese un estúpido que no iba a soportar enfrentarse al mundo real. O a lo mejor me creyó tan listo que decidió que no necesitaría equivocarme para aprender... En cualquier caso, se equivocó.
-¿Y tú no?
-Si él se equivocó mil veces, yo mil más. Pero no voy a recriminarme mis propios errores, sería más fácil.
-Hacía tanto tiempo que no oía a nadie hablar con tanta amargura. -la figura pareció sonreír. -La verdad es que hay muy pocas personas en todo el mundo que se expresen así.
-Eso significa que hay poca gente que haya tenido dos pulmonías y se dedique a fumar bajo la lluvia. Me alegro, tal vez el mundo no sea taaan deprimente después de todo.
-Un poco más de alegría auténtica, Adler, hazte ese favor.
-Si tú supieras, Nina.
-¿Qué tal te ha ido estos meses?
-Un par de años duros.
-¿Volviste a intentarlo? Lo del suicidio.
-No. Me alegro de volver a verte, Nina. No sabía como iba a seguir sin esa franqueza tuya.
-Creí que no querías verme.
- te fuiste echando humo.-mirándola, acompañó con el humo del tabaco sus palabras.
-Por favor. Los dos somos más viejos y expertos y, en teoría, menos tontos. Que no engañas a nadie, vamos.
-Necesitaba estar solo o volvería a darme un tiro, más tarde o más temprano.
-¿Y las visiones?
-Iguales. Pero ahora las interpreto mejor. Supongo.
Nina miró a Adler. Sabía que era joven, pero el tabaco, las enfermedades, la obligada y voluntaria soledad y, sobre todo, la intratable 'esquizofrenia' lo habían convertido en ese hombre delgado, oscuro y consumido, en un camino inexorable iniciado desde su adolescencia.
-Aún hay algo que no te he dicho. -dijo Adler, exhalando el humo mienras sus ojos seguían clavados más allá de la lluvia.
Ese chiquillo flacucho y atormentado, atropellado por el tiempo, al que tanto había querido, ¿había sido siempre de movimientos tan fijos, reticentes ante cualquier contacto, alejado de su entorno?
-A veces confundo las visiones con lo real.
-¿Cómo? -se le escapó. -Quiero decir que cómo es posible, ¿y los trances?
-Han disminuido. Normalmente, sólo hay un elemento extraño, como una voz o una persona que no existen.
Un síntoma más de esquizofrenia.
-Sí.-a veces, Nina se preguntaba si no leería también el pensamiento, secretamente. -Pero se cumplen. Y la medicación no sirve. Menos que nunca, si cabe.
-¿Ya no la tomas? -dijo con cierto temblor en la voz. Sólo perceptible para Adler, claro.
-Nina, por favor, que no soy un loco peligroso.
-Lo sé, perdona. ¿Y por qué ese cambio en las visiones, y lo de interpretarlas mejor?
-Tal vez ese disparo me hizo perder la única luz que me ataba a la realidad. -soltó tranquilamente, tirando el cigarrillo a un charco y pisándolo con firmeza. La miró de soslayo para ver cómo reaccionaba.
"Y así es como el poeta esquizofrénico se disculpa de dos años de ausencia", se dijo Nina, con el corazón latiendo como el de una adolescente enamorada.
-Joder, ¿por qué todo tiene que estar enrevesado con el amor? -dijo, frustrada.
Adler sonrió, sabiendo ganada la batalla. Sacudió la cabeza, empapando con el agua de su pelo a Nina.
-Eso dota al mundo de mayor capacidad depresiva. Ya te he dicho que el mundo es deprimente, y que no intente suicidarme no quiere decir que no lo piense.

Comentarios

Carlos ha dicho que…
Precioso, pero si yo ya había firmado.
Buah es igual
Un beso